Su nombre carecerá de peso en el titular de los diarios y la opinión de la calle, y puede parecer inexistente para los vientos políticos actuales. Sin embargo, su voz recorre sigilosa entre la necesidad de un país cuesta arriba. Por: Agustín Avalos Mirada al frente y sentidos despiertos al servicio de las historias. Foto: Archivo. El silbido tiene que ser un tono más alto porque Ariel estacionó casi en la esquina anterior. Con su moto recorrió desde el barrio San José Obrero algo más cuarenta cuadras hasta llegar a Villa San Juan. Viene de sacrificar su siesta no solo para concretar las primeras voces de nuestra entrevista, sino también para llevar entre sus manos “La historia de la Radio”. “Si no era hoy, por el laburo recién iba a poder venir el jueves” , dice Ariel mientras pasa el umbral, se saca los guantes y afloja su campera naranja. El jueves ya sería tarde. Es al día siguiente donde Ortiz tiene que estampar la firma sobre la caratula del práctico para presentar en el Inst...
Por: Agustín Avalos.